Autores: María Mamani, Mabel Cueto, Nelly de Cogneta, Luís Cueto, pertenecen a la iglesia central de San Salvador de Jujuy, capital de la provincia argentina del mismo nombre. (Adaptado por la DSA.) Objetivo del programa: Hacer pensar en el camino que estamos transitando. Hacer pensar en el tipo de amigos que tenemos. Hacer pensar en la cantidad y calidad de nuestra relación con Cristo. Planes para el programa: Preparar el dibujo de un termómetro y otro de un termostato. Si se puede, llevar los instrumentos reales y mostrarlos mientras se habla de ellos. Cuidar que los diálogos mundanos no choquen con el espíritu de reverencia. Este programa debiera ser realizado 'en el salón de jóvenes. A quien caracteriza el espíritu de los vicios se lo debe vestir con una túnica y un cartel con la palabra escrita del vicio que representa en el frente. Introducción A propósito, ¿quién maneja tu vida? ¿Sientes a veces que otros te llevan de aquí para allá? ¿Qué o quién te hace actuar de una u otra manera? La mayoría de nosotros diríamos que los que más influyen en nuestra vida son nuestros padres, madres, maestros, amigos, iglesia o tal vez Satanás. ¿Has oído decir que "el diablo me impulsó a hacerlo"? En el libro La educación cristiana, página 272, leemos: Se ha dicho con verdad: 'Dime con quién andas, y te diré quién eres'. Los jóvenes no comprenden cuán sensiblemente quedan afectados su carácter y su reputación por su elección de compañías. Uno busca la compañía de aquellos cuyos gustos, hábitos y prácticas congenien con los suyos. El que prefiere la sociedad de los ignorantes y viciosos a la de los sabios y buenos, demuestra que su propio carácter es deficiente. Puede ser que al principio sus gustos y hábitos sean completamente diferentes de los gustos y hábitos de aquellos cuya compañía procura; pero a medida que trata con esta clase cambian sus pensamientos y sentimientos; sacrifica los buenos principios e insensible, aunque inevitablemente, desciende al nivel de sus compañeros. Como un arroyo adquiere las propiedades del suelo donde corre, los principios y hábitos de los jóvenes se tiñen invariablemente del carácter de las compañías que tratan". Leer Eclesiastés 11: 9. Desarrollo Primer orador (Usa los dibujos o trae un termómetro y un termostato para mostrar al público. El primero puede conseguirse de algún hospital, enfermera, médico o madre con niños pequeños, y el segundo de un mecánico de automóviles). ¿Eres un termómetro o un termostato? El primero mide la temperatura. Consta de un tubito que tiene mercurio, que se dilata y extiende a medida que se calienta. El segundo controla la temperatura del aparato al que está ligado desconectando la fuente de energía a la temperatura que él escogió. Vuelvo a preguntar: ¿Eres un termómetro o un termostato? La mayoría de las personas actúan como termómetros: reflejan la temperatura del medio que las rodea. Si están con alguien que es exaltado o fogoso, su propia temperatura sube. El termómetro no tiene control sobre el medio que lo rodea. Simplemente reacciona dejándose llevar por lo que hay a su alrededor. Como el camaleón, el termómetro cambia según con quién esté y lo que está pasando en ese momento. Los termostatos son diferentes. La persona tipo termostato es independiente de los que la rodean, ella escoge su temperatura. Si quiere que el salón esté caliente o frío o término medio, el termostato toma la decisión correspondiente. La persona termostato decide en qué actividad quiere participar y qué pretende en la vida. Y tú, ¿qué crees que eres? Segundo orador Hace poco recibimos una carta de un joven que tomó varias decisiones malas en su vida, con resultados trágicos. Quiero compartir su carta con ustedes. Ilustra un punto importante sobre las decisiones correctas e incorrectas. "Tuve un problema serio por la presión de mis amigos. A los 14 años de edad tuve un amigo que andaba armado, y todo el mundo le tenía miedo. Yo quería ser como él, y por eso comencé a andar armado. Quería que me tuvieran miedo. Cumplí los quince años y me parecía que todo el mundo andaba con drogas, de modo que empecé por tomar y fumar marihuana. Lo hacía para impresionar a mis supuestos amigos. "A los 16 años ya era adicto a la cocaína. Sólo quería ser como mis amigos. Me echaron del colegio, no tenía trabajo y tenía que robar para comprar drogas. Seguía armado, era una pistola robada. En agosto de 1985 necesitaba dinero con urgencia. Un amigo me dijo: 'Roberto, puedes conseguir dinero pronto y fácilmente, robando a una tienda que yo conozco'. "Yo no quería hacerlo, pero pensé que si no lo hacía mis amigos me llamarían cobarde y me harían a un lado. Entonces lo hice, y mientras estaba atracando la tienda, maté a un hombre. "Ahora tengo 18 años y estoy condenado a 25 de cárcel por hacer algo que ni siquiera quería hacer. Tuve miedo de lo que pensarían mis amigos si no robaba la tienda. Ahora que estoy en la cárcel veo el peligro de dejarse llevar por los compañeros".
Escena Locutor: Jorge es un joven adventista, pero con una personalidad débil; diríamos que es un termómetro. Jorge: (Aparece cansado y aburrido.) ¡Uff! ¡Qué aburrida es la vida! No sé qué hacer para entretenerme un poco... (El sueño lo vence y queda dormido en un sillón. Entra el "Espíritu del alcohol" y lo ata de pies, manos y cuello a unas tablitas desde donde podrá manejar a Jorge como una marioneta). Espíritu del alcohol: ¡Ya te tengo en mis manos! Ahora mandaré a algún amigo tuyo para tenerte en mi poder. Amigo 1: (Entrando.) ¡Hola Jorge! ¿Estabas durmiendo? Jorge: No, no te preocupes, estoy muy aburrido. Amigo 1: Yo tengo un método para que no te aburras. Toma por ahora este pucho. Te hará sentir más hombre. Y junta unos.... (la moneda del país) y vamos hasta el bar. Jorge: (Inseguro.) Yo no puedo, yo soy adventis... Amigo 1: (Lo interrumpe.) ¿Que no puedes? ¡Claro que puedes! Todos podemos; acompáñame y verás qué bien te sentirás. Espíritu de las modas: ¿Crees que podrás ir a un boliche vestido así? ¡Tienes un "look" muy anticuado! ¡Toma, ponte este arito en la oreja izquierda! Jorge: (Hablando con el espíritu de las modas.) Pero, no me sentiré cómodo con eso en la oreja. ¿Qué dirán de mí cuando vaya con eso a la iglesia? Amigo 1: ¡No te aflijas por lo que dirán en la iglesia! Al fin y al cabo, ¿quiénes somos más amigos tuyos, los santurrones de la iglesia o nosotros? Jorge: Tienes razón, me lo pondré. Pero sólo para no ser diferente de ustedes... Amigo 2: (Entrando.) ¡Hola! ¿Cómo les va? Amigo 1: ¿A que no sabes una novedad? ¡Jorge irá con nosotros al boliche!
Amigo 2: ¡Ojalá! ¡No lo puedo creer! ¡Al fin decidiste hacernos caso! Ya verás qué bien suenan los parlantes a todo volumen. Y para iniciarte en esta nueva vida sin prohibiciones, le pediremos al discjóquei que ponga la música más revolucionaria de Alice Cooper, The Kiss y otros. Ya te ayudamos a acostumbrarte al rock liviano, no te costará nada gustar del "heavy metal". ¡Qué sensacional! Amigo 1: Y pensar que cuando comenzó a juntarse con nosotros era un santurrón. No iba al cine, no bailaba, no escuchaba rock, no tomaba ni siquiera una cervecita. Amigo 2: ¡Ahora comenzarás a disfrutar de la vida! Bueno, yo tengo que ir a cambiarme para acompañarlos. Amigo 1: Yo también necesito cambiarme. Voy hasta y vuelvo en un minuto. ¿Qué les parece si llamo a Marcelo para que vaya con nosotros? Amigo 2: ¡Fantástico! Volvemos en un minuto... ahh… Jorge, espéranos. Jorge: ¿Será que debo ir a un lugar así? En la iglesia dicen que es muy peligroso asistir. Claro, que si desisto quedaría muy mal ante mis amigos, de modo que iré con ellos y haré lo que ellos hagan. (Llaman a la puerta, aparece Marcelo ¡Hola, Marcelo! Pasa... Marcelo: ¡Hola, Jorge! Me dieron la gran noticia que al fin decidiste ir al boliche con nosotros, no te arrepentirás allá podrás conocer a unas chicas de película. ¿Qué te pasa, te veo un poco indeciso. Mira, los viernes de noche Es el mejor momento para ir a un lugar así, verás que te divertirás mucho. Hablando de otra cosa, sabes, ayer en el colectivo (ómnibus) me puse a charlar con Adrián, ¿viste lo raro es ese muchacho? Bueno, salió el tema de la religión y enteré que él es de los adventistas del séptimo día. Me habló tan lindo de Dios, del sacrificio de su Hijo Jesús por da ser humano, y también me dijo que pronto volverá, gustaría saber un poco más de todo eso. Pero... cambiemos de tema, porque no es tema para hablar antes de divertirnos, además, tú no sabes nada de eso y me imagino que tampoco te interesa... Vamos. Jorge: Ve tú solo... yo no iré por esta vez... Marcelo: Como tú quieras, pero te aclaro que te estás perdiendo una buena oportunidad... (Se va.) Jorge: (Se desploma en el sillón.) Ahora me doy cuenta de que yo era como un títere en las manos de Satanás; danzaba al son de la música que él tocaba. Su música no gustaba, y en mi corazón me rebelaba contra él, mientras mis piernas y brazos giraban alrededor de los círculos que él trazaba. (Mientras va hablando, va desatando las ataduras en las manos, los pies y la cabeza.) Mis manos y mis pies se movían a su mandato y mi boca estaba a su servicio. El manejaba los hilos y yo ejecutaba los movimientos. (Se levanta con aire triunfante.) Desde ahora en adelante buscaré mejores amigos, los escogeré por dedicados, honestos, puros y obedientes a Dios. Comprendí ahora que me dejé ir muy lejos de Dios por los que creí que eran mis mejores amigos. Mi carácter débil permitió esto, pero desde ahora adelante estudiaré la Biblia y oraré diariamente para desaprender lo malo aprendido y aprender lo que debo hacer para vivir una vida obediente a Dios. Voz por micrófono: "La razón por la cual muchos encuentran la vida cristiana tan deplorablemente dura, y tan inconstantes, tan variables, es que tratan de ligarse a Cristo sin desligarse de aquellos ídolos que acarician" (Testimonies, t. 5, pág. 231). Conclusión Por medio de la carta y de la experiencia de Jorge, podemos ver la importancia de las compañías. Ellas ejercen una influencia extraordinaria sobre nosotros. Escuchemos el consejo del sabio Salomón en Proverbios 1: 10-19: "Hijo mío si los pecadores te quisieren engañar, no consientas. Si dijeren: Ven con nosotros, pongamos asechanzas para derramar sangre, acechemos sin motivo al inocente; los tragaremos vivos como el sepulcro, y enteros, como los que caen en un abismo; hallaremos riquezas de toda clase, llenaremos nuestras casas de despojos; echa tu suerte entre nosotros; tengamos todos una bolsa: Hijo mío, no andes en camino con ellos. Aparta tu pie de sus veredas; porque sus pies corren hacia el mal, y van presurosos a derramar sangre. Porque en vano se tenderá la red ante los ojos de toda ave; pero ellos a su propia sangre ponen asechanzas, y a sus almas tienden lazo. Tales son las sendas de todo el que es dado a la codicia, la cual quita la vida de sus poseedores". ¡No tienes por qué ser un títere! Cuando comprendas que Dios te ha dado libertad para escoger, puedes cortar las cuerdas y asumir el mando de tu propia vida. Tú eres el único responsable de lo que haces, y sólo tú determinas lo que serás en el futuro, porque Dios te ha dado la facultad de escoger. El te da estos consejos: "Hijo mío, si recibieres mis palabras, y mis mandamientos guardares dentro de ti, haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; si inclinares tu corazón a la prudencia, si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios. Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. El provee de sana sabiduría a los rectos; es escudo a los que caminan rectamente. Es el que guarda las veredas del juicio, y preserva el camino de sus santos. Entonces entenderás justicia, juicio. |